viernes, 19 de noviembre de 2010

Haciendo amigos

Cristiano Ronaldo y Jose Mourinho le han dado al Madrid un aire más agresivo, hambriento, inconformista y ganador. Correcto. Además de victorias (todavía no títulos, aunque llegarán) que han  llenado de ilusión a la afición merengue.  Hasta aquí todo normal, pero ¿cuál es el peaje que va a pagar la institución de  Florentino por su apuesta por un modelo triunfador y prepotente, por un giro a lo eficaz  y soberbio? 

Algunos madridistas que me lean (que alguno hay) me rebatirán recurriendo al tópico de que lo importante es ganar, que lo que quiere la grada son títulos y eso es lo que llena las vitrinas del Bernabéu y alimenta la grandeza del Madrid. Yo les digo que sí, que eso no lo dudo, pero que se puede hacer de otra manera.  Apelando al señorío y saber estar que algunos recuerdan, aunque  en blanco y negro, en los tiempos de las mocitas madrileñas. 

El primero de mis textos se lo dediqué a Mou por entero, CR7 o 9, o lo que el señorito quiera, ha tardado un poco más, pero estaba al caer. Los dos son portugueses, posiblemente los mejores en los suyo (con permiso de Pep y Leo), enfermos de la victoria, pero orgullosos y chulos, como ellos solos.  

Al bueno de Manolo Preciado le han atizado por todas partes. Es un tío noble, valiente, demasiado impulsivo en ocasiones, pero que va de frente y que se sintió humillado por las declaraciones de Mou. Preciado no dijo nada que otros no pensaran. Sólo (aunque la RAE le haya dado por quitarle la tilde, yo se la seguiré poniendo cuando haga las veces de adverbio) se pisa a aquel que se deja pisar y el entrenador del Sporting no es de esos.  Fue un “basta ya”, y llamó mal compañero al técnico luso. No le faltó razón. ¿Quién es Mourinho (como profesional) para dudar de la competitividad de la plantilla asturiana? ¿Acaso algún entrenador ha cuestionado que él sólo sepa jugar con 12, cuando tiene de una plantilla de 25? Preciado se defendió, pero el único culpable fue el que se cree que ha inventado el fútbol. 

En cuanto a CR hay que referirse al chepazo (los finos le llaman espaldinha) que dio el día del derbi madrileño, hace algunas fechas. No se puede hablar de recurso futbolístico, cuando el valiente lo hace ya en la segunda parte, con el marcador muy a su favor y con el choque más que encarrilado. Eso es lo que sacó de quicio a Raúl García. 

Este tipo de acontecimientos, de uno y otro, que enorgullecen a gran parte del madridismo, sacan a relucir lo peor de la idiosincrasia merengue que tanto se ha criticado siempre. Si hay que ser caballero en la derrota, hay que serlo aún más cuando se gana. La España blanca se mostrara orgullosa, pero en la otra crecerá la animadversión y desprecio. Claro que a Florentino siempre le quedará engañar a los chinos.

1 comentario:

  1. Compi... no estoy de acuerdo del todo contigo, pero sí en casi todo. Que Mourinho y CRelnumeroquelesalgadeloscojonesalseñorito (sigue siendo indigno del 7 :P... x cierto, habrás visto, hat trick) son gilipollas lo sabe todo dios, el de aquí y el de la China. Que son de los mejores, también. Pero lo de Ronaldo con la espalda a mí me pareció un movimiento correcto. Sorprendió con el pase y de hecho estuvimos a puntito de marcaros un golito en esa jugada; lo predecible era que controlase con el pecho y bajase la pelota al suelo. Ahí le habría dado el tiempo suficiente a R.García para replegarse y meterle la pierna. Sin embargo, lo que hizo no se lo esperaba ni el realizador... a mí no me pareció en absoluto mal. Y sinceramente, lo hizo con el marcador a favor, pero creo que siendo Ronaldo lo habría hecho igual con un 0-0 o con un 0-1.
    Y c'est tout por mi parte :). un besito!

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